Todas conocen bien a Ada Lovelace. Alguna, me consta, ha usado el retrato malva que A. E. Chalon hizo de la “condesa de la programación” en su estado de WhatsApp. Es un magnífico retrato. Ada Lovelace fue la primera programadora de la historia. Creó lo que hoy sería un lenguaje informático de programación.
Nunca lo firmó para que no fuera censurado por su condición de mujer. Ada fue, de refilón, hija del master de los poetas, Lord Byron. Pero es más relevante que fuera hija de una mujer a quien en plena era victoriana llamaban la «princesa del paralelogramo» por sus aficiones científicas. La madre de Ada, lady Noel, había estudiado álgebra, geometría y astronomía, todas ciencias de prestigio en las clases altas. Ada siguió aquellos pasos.
Ella ha sido el icono a seguir de estas científicas que trabajan hoy en lo más avanzado de la robótica. Unas son ingenieras, otras expertas en Inteligencia Artificial. Si alguien sabe de robots, son ellas.
Elena García Armada: ‘Los robots llegan para mejorar nuestra vida, no para rebelarse contra nosotros’. Investigadora del CSIC, ha desarrollado un exoesquelético pediátrico. Lo forman largos soportes, llamados ortesis, que se ajustan y adaptan a las piernas y el tronco de los niños. En las articulaciones, además, una serie de motores imitan el funcionamiento del músculo humano y aportan al niño la fuerza que le falta para poder mantenerse en pie y caminar. Su proyecto, Atlas, es pionero en el mundo como exoesqueleto pediátrico.
Teresa de Pedro: Investigadora del centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid, para el proyecto Autopía. Es una de las escasísimas mujeres de la vieja guardia, casi no había ninguna en este área cuando inició sus investigaciones. Ha sido la jefa de desarrollo de un sistema de posicionamiento desarrollado por el (CSIC) para el vehículo Platero, que ha logrado completar un recorrido de aproximadamente 100 kilómetros sin necesidad de ser manejado por un conductor.
Cristina Urdiales Es Ing. de Telecomunicación, y doctora por partida doble: en Tecn. Electrónica y de las Comunicaciones (1999) y en Inteligencia Artificial (2010). Trabaja en el desarrollo de robots autónomos. Su investigación se centra en la Robótica, y tiene experiencia en Visión Artificial y Realidad Aumentada. Es la responsable del desarrollo de CARMEN, una silla de ruedas inteligente: “El objetivo era robotizar una silla de ruedas para que ayude al usuario lo menos posible. Puede parecer una insensatez, pero, según el personal médico especializado, un exceso de ayuda lleva a la pérdida de capacidades residuales”, explica. “Recuerdo auténticas aventuras intentando colar un láser de rango en el avión —demasiado delicado para facturarlo— o aquella vez que reventó la batería de la silla CARMEN y sólo pudimos comprar un recambio de Ferrari. ¡Todavía me duele el bolsillo!”.
Alicia Casals (UPC). Experta en robots quirúrgicos. Impulsora de Nex, una spin off de la UPC dedicada al desarrollo de robots quirúrgicos, de amplio reconocimiento internacional. “La tendencia es que el robot sea más bien un compañero. En lugar de trabajar en espacios separados, están juntos. Así, el hombre tendrá un trabajo más cualificado y más digno”, subraya Alicia Casals, directora de robótica de l’Institut de Bioenginyeria de Catalunya. “ Con la robótica ocurrirá como ocurrió con el caballo a la máquina a vapor, los cambios hacen mover la civilización, pero al final todo se reconfigura”
Concha Monje es investigadora del Robotics Lab de la Universidad Carlos III de Madrid. Esta ingeniera industrial es una de las responsables del desarrollo TEO, un robot humanoide de 60 kilos que camina y manipula objetos. TEO tiene habilidades de locomoción y de manipulación. Ha sido asesora científica en la película Autómata, protagonizada y producida por Antonio Banderas y dirigida por Gabe Ibáñez.
María Malfaz es una ingeniera experta en robótica. Junto a sus compañeros de Robotics Lab (el grupo de investigación en robótica de la Univerdad Carlos III), ha creado al robot Maggie. Su especialidad es el desarrollo de los robots sociales, y la búsqueda de la integración humano-robot.
Carme Torras, Es licenciada en matemáticas, doctora en informática y profesora de investigación en el Instituto de Robótica CSIC-UPC . Inicialmente trabajó en cinemática y programación de robots industriales. Ahora investiga en robótica cognitiva, la aplicación de la inteligencia artificial a la robótica, fundamentalmente con aplicaciones sociales. Además, es autora de la novela La mutación sentimental (Milenio, 2012), sobre las relaciones con robots. En sus comienzos investigó en la modelización neuronal. Trabajó con neurólogos del hospital Ramón y Cajal de Madrid. En concreto, modelaba el sistema nervioso del cangrejo de río. “Con muy pocas neuronas puedes modelizar el aprendizaje, tanto a escala física como química. El objetivo de mi investigación entonces era saber cómo aprendemos, como adquiere conocimiento el cerebro”. Ahora, en su campo de trabajo, explica: “Los robots que se mueven en ámbitos humanos deben ser mucho más seguros, nunca pueden hacer movimientos bruscos que supongan un peligro para el usuario. En segundo lugar, una persona no experta les ha de poder programar. Por ejemplo, una persona puede enseñar al robot a batir un huevo con una simple demostración”.
Dolores Blanco. Trabaja en el departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la UC3M. Actualmente dirige como Investigadora Principal el proyecto “Exoesqueleto para Diagnóstico y Asistencia en Tareas de Manipulación (EDAM)” financiado por el Programa Estatal de I+D+i Orientada a los Retos de la Sociedad del Ministerio de Economía y Sociedad . Tiene por objetivo el desarrollo de un nuevo exoesqueleto para rehabilitación de la mano con hilos de SMA, materiales con memoria de forma, que cambian en función de las condiciones ambientales.
Alba Pérez Gracia desarrolla exoesqueletos para dedos,y manos robóticas inteligentes en el Departamento de Ingeniería Mecánica del College of Science and Engineering,en la Universidad de Idaho (EE.UU)
Júlia Borràs Sol (Karlsruhe, Alemania), Experta en movilidad de brazos y piernas robóticas. Hizo su tesis sobre la plataforma Stewart-Gough. Desde 2014 trabaja como postdoc en el High Performance Humanoid Technologies lab (H2T) en KIT, con el profesor Tamim Asfour.
Cecila García Cena, profesora titular de la UPM y co-fundadora de empresa de I+D robótica Aura Innovative Robotics. Es una empresa de robótica médica. Tabaja en aplicaciones industriales, asistencia social y salud. En todas ellas cuenta ya con productos o patentes, como un robot para inspeccionar tuberías petroleras, o un robot de asistencia social (RoSA) que ayuda a las personas, acompañándolas, a moverse en recintos complejos como, por ejemplo, un hospital. O un robot que explota la curiosidad y atención que genera en las personas para proponer un innovador soporte publicitario.
Maríe Destarac. Finalizando su doctorado en la UPM, es investigadora senior en Aura Innovative Robotics (https://aurarobotix.com/team/). En 2015 fue reconocida como una de los ocho “Innovadores menores de 35” de Centroamérica por el MIT. Su tema de investigación doctoral está centrado en dispositivos de rehabilitación de brazo de niños. Específicamente, su trabajo consiste en desarrollar el sistema de control de un dispositivo que ayude a rehabilitar el brazo de un niño con atrofia muscular, causado por distintas lesiones.
Lía García Pérez es doctora en Ciencias Físicas. Durante muchos años trabajó en el mundo de la investigación, vinculada a la robótica y la inteligencia artificial, en proyectos relacionados, sobre todo, con la robótica agrícola. Su tesis se centró en el desplazamiento de robots agrícolas en su entorno. Tras su etapa investigadora en el CSIC, en la Universidad Carlos III de Madrid con estancias en la Universidad de Berkeley, Universidad Tecnológica de Helsinki y en el BBSRC (Biotechnology and Biological Sciences Research Council) en el Reino Unido, decidió lanzarse al mundo del emprendimiento y es cofundadora de la empresa Logix5 Smart Solutions S.L. Logix5 es el sueño de 5 locos de la robótica y tecnología que un día quisieron hacer lo que les gustaba. Así que se dedican a la ingeniería, robótica, sensores, etc, y desde hace un tiempo, respondiendo también a sus inquietudes como padres, a la robótica educativa.
Carmen Pérez Melguizo Presidenta de HispaRob (Plataforma Española de Robótica). Licenciada en Matemáticas, trabaja en Tecnatom como adjunta al gerente de Nuevas Tecnologías, con veintisiete años de experiencia en el sector. Participa en proyectos de I+D europeos y nacionales, en el área de procesamiento de señal e imagen, técnicas de Ensayos No Destructivos (ENDs), robótica y reconocimiento de patrones.
Teresa Escrig Fundadora de Cognitive Robots, una spin-off de la Universidad Jaume I de Castellón, ha logrado incorporar un cerebro a vehículos conducidos manualmente. A base de software, sensores, y equipamiento adicional, esperan transformar fregadoras industriales, aspiradoras domésticas y cortadoras de césped en robots completamente autónomos.
Marga Marcos.Catedrática de Ingeniería de Sistemas y Automática de la UPV. Encabeza en la UPV un grupo de trabajo de 15 personas, presentará un proyecto que emprendió a nivel europeo hace ya tres años, que consiste en aplicar la tecnología a la asistencia domiciliaria de personas mayores o enfermas. La catedrática subraya que es el mismo sistema que se puede emplear para controlar los incendios en los bosques. “Los sensores pueden medir la humedad, temperatura y otros parametros y se pueden detectar fuegos o recoger datos de carácter ecológico para elaborar estudios”, destaca. e Itziar Cabanes ETSI de Bilbao.
Matilde Santos. Licenciada y Doctora en Ciencias Físicas (1994) por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Trabaja en “Aplicación de la Inteligencia Artificial al Control.” Aplica estas técnicas inteligentes en diversos ámbitos (UAV, sistemas marinos, aeronáuticos, satélites, etc.). Ha realizado proyectos con Redes Neuronales, Sistemas Expertos, Algoritmos Genéticos, etc.
- EXPERTAS EN INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Nuria Oliver. Es ingeniera en telecomunicaciones, doctora por el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Es Directora de Investigación en Ciencias de Datos en Vodafone y Chief Data Scientist en DataPop AllianceBusca desarrollar una computadora con emociones que detecte la frustración del interlocutor. Ingeniera de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid. Comenzó sus investigaciones en el Media Lab del Massachussets Institute of Technology creado por el mítico Nicholas Negroponte, uno de los grandes “gurús” del mundo de la informática. Allí se encargó de estudiar materias como la inteligencia conceptual, las ropas inteligentes o los ordenadores con visión o reconocimiento de voz.
Ana García-Serrano es profesora asociada del departamento de Lenguajes y sistemas informáticos de la UNED y experta en procesamiento del lenguaje. Trabajaba en la UPM cuando colaboró con un escultor para dar voz a un humanoide que recitaba versos y que hoy es pieza de museo. PaCo, el androide poeta, generaba los poemas sintéticos y los titulaba con un número de serie a partir de los caracteres ASCII que aparecían en la poesía. En un primer momento, el autómata era incluso capaz de utilizar palabras que los humanos le sugiriesen en una página web.
Amparo Alonso Betanzos Presidenta de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial y Catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la UDC.
Asunción Gómez-Pérez, catedrática de la facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid y directora del grupo de Ingenieria Ontológica de la FIUPM. Impulsora de la web semántica. “La web semántica supone un cambio de filosofía respecto a la web 1.0 y web 2.0. En la 1.0 el internauta sólo consumía; en la 2.0 se ha convertido, además de en un consumidor, en un proveedor de contenidos; ahora, con la web semántica o 3.0, los contenidos se transforman para que sean comprensibles para las máquinas. Es decir, las máquinas se convierten en consumidores para, entre otras cosas, distribuir la información o facilitar la búsqueda. Esto sólo es posible si las máquinas son capaces de entender los contenidos que antes iban dirigidos en exclusiva a las personas”