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Asistente a la COP25 en Madrid

En las últimas dos semanas, por el eco de la COP25 en Madrid, todos hemos leído cientos de noticias para echarse a llorar: se derrite el mayor glaciar de la cadena montañosa de las Dolomitas; la peor sequía en un siglo ha provocado una reducción del volumen de las cataratas Victoria; las modificaciones radicales del clima están diezmando las poblaciones de insectos…

Asistente a la COP25 en Madrid

El Cambio Climático está sobre nosotros, lo aceptemos o no. Y los daños ambientales, sociales y económicos que ocasiona son devastadores.¿Es posible revertir esta situación, disipar nubes de ese futuro que ni los guionistas de Blade Runner imaginaron tan negro?

En la COP25, los 196 países representados buscan una nueva manera de transformar la manera en la que los seres humanos nos relacionamos con la naturaleza, pero para eso también hay que mirar cómo nos relacionamos entre nosotros.

En este contexto es donde ha aflorado el ecofeminismo. Se trata de una nueva propuesta para gobernar el mundo, con el liderazgo de la mujer, en el que la base de cada paso que demos desde hoy sea mejorar la relación con el planeta que nos soporta, alimenta, y cobija. Cuidarlo, vamos.

Y, ¿por qué dar a las mujeres la batuta del cambio político y social?  Bridget Burns, Co-Directora de  Women´s Environmet and Development Organization (WEDO). lo argumenta así: «Hay unos valores feministas fundamentales, el cuidado y la regeneración. Esos valores, cuidar y regenerar, son los que tienen una capacidad transformadora imprescindible para el cambio».

Asistente a la COP25 de Madrid

Así que la mujer es para el ecofeminismo el eje necesario para transformar el sistema social, político y económico que parece habernos llevado al Cambio Climático, que ya hinca su diente, sobre todo en los países más desfavorecidos y en las clases sociales más castigadas. «Ahora es cuando la mujer tiene que ser líder de esa transformación política y económica, y no tratar de arreglarlo cuando ya sea tarde», dice Bridget Burns.

Bridget ha sido una de las cuatro ponentes de la mesa sobre ecofeminismo que ha organizado el Instituto de la Mujer en el marco de la Cumbre del Clima 2019. Además de Bridget Burns han participado Alicia Puleo, filósofa;  Dorah Marema, presidenta de GenderCC Southern Africa-Women for Climate Justice y Dina Garzón, promotora de la plataforma Mujeres Con Energía y coordinadora de la red ecofeminista en España.

Y ¿cómo? ¿cómo se hace esto en el día a día? Por ejemplo, Dina Garzón,  habló de su proyecto, Xenergia, Cooperativa Mujeres con Energía. «Nuestros objetivos principales son la producción de energía con fuentes 100% renovables y trabajar por la igualdad».

Asistentes a la COP25 de Madrid

La historia ya cuenta con algunos casos en los que han sido mujeres las que han protegido su entorno natural frente a una apisonadora. El más icónico es el de las mujeres de Chipko que, abrazándose a los árboles de su región, evitaron la tala masiva de esta zona del Himalaya en 1973.

Alicia Puleo, recuerda el movimiento de mujeres de Plachimada, también en India en 2004, que consiguió que la justicia reconociera a su comunidad el derecho al uso del agua frente a  multinacionales que se abastecían del agua subterránea que ellas usaban  para beber, cocinar, lavar, regar y alimentar al ganado

En Europa, mujeres galesas, Women for Life on Earth, llegaron a Greenham para protestar contra la decisión del gobierno británico en permitir la fabricación de misiles de crucero. Lograron cerrar bases de misiles tras más de trece años de campamentos y manifestaciones.

«No habrá justicia climática sin justicia de género», Dorah Marema

Las mujeres de África cuentan con Dorah Marema, también ponente en la mesa organizada por el Instituto de la Mujer. Dorah tiene energía para movilizar un mundo: «No habrá justicia climática sin justicia de género», exclama. Y lo dice como Presidenta de  GenderCC southern Africa-Women for Climate Justice. Desde su organización, ayudan a organizarse a mujeres agricultoras, ya cuentan con más de 6000.  «La mujer  es un colectivo más afectado por la escasez de agua» explica Dorah, «las niñas dejan de ir al colegio en África para ir a buscarla».

¿Nos toca a las mujeres salvar el planeta? ¿Tenemos que jugarnos la vida abrazando árboles? «No podemos cargar con una responsabilidad tan enorme», dice Bridget Burns. «Pero sí es nuestra responsabilidad ser el vector del cambio». Y bien, ¿por dónde empezamos?