Seleccionar página

¿Quién soy?

Hace doce años que trabajo en la revista Quo. En este tiempo he hablado sobre mujeres con antropólogos, sexólogos, neurociéntificos, matemáticos … Un experto en dinosaurios aseguraba en una conversación que la mujer resistiría mejor que un hombre la caída de un meteorito. Y lo razonaba.

Hablar de mujeres es de las cosas más interesantes y divertidas que me han ocurrido y me ocurren en mi vida profesional y personal. Un antropólogo me explicó que me gusta el color rosa porque es el de las bayas maduras que las primeras homínidas recolectaban como alimento para la tribu, y ese día me puse en la piel de las fans de Hello Kitty. Leer el libro de la neurocientífica Louann Brizendine “El cerebro femenino” fue lo que me animo a iniciar este blog.

“¿Un blog sobre mujeres? ¡Que no te pase nada!”, el comentario es de un amigo astrobiólogo. Incluso los hombres inteligentes dicen desconocer a la mujer. Quizá haga falta un Copérnico, un observador científico que del mismo modo que hizo el polaco al sentar las bases de la nueva astronomía —lo que permitió empezar a desentrañar los enigmas del cosmos—, encuentre un ángulo nuevo para explicar a la mujer. Despejar así la lírica e inquietante incógnita y, con suerte, que se acaben los chistes malos.

Cada vez hay más investigaciones que hablan de nosotras, que explican por qué tenemos siempre los pies fríos, por qué consumimos el doble de antidepresivos que los hombres, por qué y cómo disfrutamos del sexo, cómo manejamos un auténtico géiser de hormonas mensuales que nos hacen llorar a mares, reír y salirnos de la lógica con más o menos acierto. Investigaciones que van despejando incógnitas y que me hicieron pensar que la mujer, hoy, ya no es materia oscura. Observar a una mujer, a la mujer desnuda, es la propuesta de este blog. ¡Y que no pase nada!